viernes, 1 de noviembre de 2013

DYED( Redacción 68)/ 3º Adelanto de mi Libro




Lo seguí a pesar de no tener ni la menor idea de quién era, pero si me decía que  me había estado esperando y parecía moverse con la urgencia de estar contra el tiempo, no me permitía dudar siquiera de los  movimientos que hacía. Solo veía la enorme equis roja que sobresalía de su polera  negra como un cable que se conectaba al interior de esta.

Quizás simplemente fue como me había tomado una muñeca con la mano y me hacía avanzar mientras avanzaba, solo cuando enganchó unas correas que apretaron dos extremos de mi polera, él me soltó.   Aunque todos estos detalles se fueron perdiendo, aún la mirada aterrada de la chica que luego vio como se levantaron sus ropas y una fuerza invisible la empujó contra un pilar cercano cuando se abrieron las pequeñas puertas exteriores en un lateral de la pared, que hasta ese momento  no me había percatado de su existencia, ¿Cómo percatarse de hendiduras continuas en la muralla que parecen extraños trazos artísticos y que repentinamente de entre ellos una puerta se abre?.

El viento que emanó al interior era salvaje, parecía estremecer todo, votando a las personas que se veían obligadas a aferrarse a cualquier cosa firme que se cruzara mientras el viento los impulsaba hacia el interior. Pero extrañamente esa devastadora fuerza apenas me movía los cabellos acariciándolos agradablemente aún cuando el vehículo donde me habían sentado se puso en marcha contra el viento llevándonos totalmente al exterior.

Miré al conductor, era el joven de cabellos violetas que me había tomado el brazo y ahora esbozaba una gran sonrisa. Miré entonces las puertas por donde habíamos salido que rápidamente se cerraron.

La magnificencia del Castillo de las Ventiscas se perfilaba a cada instante que nos alejábamos. A nuestro alrededor las hojas parecían moverse con fiereza, pero se ralentizaban a centímetros a nuestro alrededor, como si flotaran en cámara lenta o rebotaban para luego continuar su viaje desenfrenado, en instantes desintegrándose por el mismo viento. Podría gritar o increpar a quien me  había conducido hasta allí, pero estaban tan desconcertados mis sentidos que mi voz parecía haber enmudecido, es como siempre había imaginado lo que se podría sentir al estar observando bajo el agua las criaturas moverse, pero en este momento las criaturas era la fuerza descomunal del viento y los elementos que revoloteaban en él, perdiéndose en su danza descalabrada.  Aún así el paisaje era estremecedor, un cielo azul electrizante, avanzando por un único camino, viendo atrás con más fuerza el monumental perfil del Castillo del que habíamos salido mientras avanzábamos hacia al mar por el afilado camino en aquel vehículo casi sin techo, con cuatro asientos, dos mirando hacia adelante y dos hacia atrás que estaban desocupados y parecían casi al borde del camino.

Cuando el camino alcanzó el filo del mar, casi conduciendo en su  misma espuma alcanzando la magnificencia de las olas que parecía querer tragarnos, por un arranqué de adrenalina giré de mi asiento, para poder sentarme en uno de los asientos que miraban hacia atrás y mirar aún con más fuerza las olas, los cables engarzados a mi polera eran flexible y no me ataban al lugar, más bien  me conectaba al vehículo, me quedé mirando  la espuma que quedaba revoloteando en el aire. Pero fue entonces que todo pasó.

Repentinamente el afrodisiaco paisaje a la orilla del mar que se veía desde el pequeño auto en  la curvada carretera se cubría de nubes. Me incliné hacia atrás en mi asiento cuando las nubes a la distancia no solo se unían en una sola masa oscura y densa que se dirigía hacia donde estábamos, luego rápidamente envolviendo la bóveda celeste en donde estábamos. Comenzó la lluvia. Quizás podría asimilar todo, sí solo no sucediera todo tan rápido, rayos continuos cayendo del cielo confundiendo el ritmo de los truenos que acariciaban su brillo con estruendo, pero era aquello lo que daba una sensación aún más extasiante a los acontecimientos.

Miré mar adentro, algo a lo lejos me llamó la atención, era brumoso y se confundía el límite del mar y las oscuras nubes, pero era oscuro y a medida que se acercaba parecía fragmentarse en varias proporciones. Al llegar a cierta distancia lo vi perfectamente, eran negras trombas marinas  que avanzaban hacia nosotros. A lo lejos eran enormes, pero más cercas, como si se desprendieran de la fuerza de las más grandes, muchas pequeñas avanzaban a una velocidad mucho mayor que las más monumentales.

Daba la sensación como si nos estuvieran persiguiendo, aún algunas parecían ir más allá del mar, tocando la tierra conectadas aún a las nubes que aullaban en un viento escalofriante.

Él reía,  apenas miró hacia atrás cuando derechamente unos negros torbellinos acuosos nos seguía por el mar, mas se fijó por primera vez en mi expresión que cambió a algo parecido al espanto al ver como aquellos mini tornados iban acercándose. Pero no me engañó su aparente indiferencia, parecía adrenalinicamente emocionado y orgulloso de mostrarme partes de las maravillas de aquel mundo que él conocía.

-          Estas seguro mientras estés conectado… Ellas… incluso podrías tocarlas –  El habló ya sin mirarme, miraba de reojo las negras trombas marinas. ¿”Ellas”?¿A quien se refería?, él miraba  hacia aquella dirección, pero sería una locura si se refería a “Ellas”.

Debía admitir eso sí, que eran hermosas, sobrecogedoramente, pero aún no podía reconocer cuando los estremecimientos eran debido realmente a ello.

Entonces vi como una avanzó más allá de la orilla del mar hasta la tierra. A la primera le siguieron otras que ya avanzaban por la misma carretera detrás de nosotros.  Cuando estaba a cierto punto que su presencia me desconcertó a un punto que algo en mí trastocó. Me levanté un poco del asiento, para luego estirarme hacia ella, sin saber si había reunido valor suficiente o fuese más parecida a la sensación previa a tirarse al vacío, pero vi como alcé mi mano  hacia la tromba que aún a esta distancia era de un color densamente negro y acuoso, ya casi nos alcanzaba, me estiré un poco más y al fin sentí como la sensación de agua chocar soportablemente en mi dedo, esparciendo un vértice, una estela más clara en aquel desconcertante torbellino de agua.

2 comentarios:

  1. ME GUSTO EL ADELANTO, LLEVO MUCHO ESPERANDO EL LIBRO, MIENTRAS VOY A ALISTARME PARA LEERLO... XD... ESPERO QUE SEA LARGO, INTERESANTE, CON MUCHAS HISTORIAS, PERO QUE SALGA PRONTO...

    ARTHUR_EL_GRIS
    ACIDO_Y_SERPIENTES

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  2. Eso anima para seguirlo, espero catalizar bien todo lo escrito para que también tome buen ritmo…

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