POSTRE DE ÉXTASIS
Alborozadas mariposas revolotean, sin alas
Entre tus pupilas de ángel. Desnuda entre las
Sábanas te arrullas, perla de perfecta belleza.
Grotescos mercaderes no supieron valorar,
Los tesoros de tu núbil cuerpo. Te acaricio
Dulcemente, sobre la seda que entre pliegues
Te ocultan. Finges dormir, hermosa doncella,
Te crees diosa de este nuevo santuario, mas sólo
Haz llegado para aplacar mi insaciable apetito.
Te esperan cruentos tormentos, exquisitos
Bocados de tu propia demencia. Te despertaran
Con la suaves tonadas de infernales criaturas.
Embriagándome con tu olor, susurro excitada
Tu nombre, que en tu oído es un seductor llamado.
Apartando toda tela que cubría tu cuerpo, te contemplo
Magnifica dama, reflejo de mi alma, entregada a mi
Pasión. Me acercó para saborear tu piel, paladeando tu
Desenfrenó, cada escalofrió, percibiendo hasta al más tenue
De tus jadeos, antes de llegar al deseado instante
De tu agonía, una sola penetrante mirada, precede
El intenso éxtasis de desgarrar tu cuello y el beber de tu sangre.