domingo, 11 de abril de 2010
HADA DE OTOÑO
HADA DE OTOÑO
Cascabeles lucidos se elevaban cuan esporas,
Lágrimas flotantes,
Cuando crujían las hojas de otoño bajo sus pies
Al danzar, casi sin tocar el suelo,
Y correr, balanceándose por el horizonte,
Perder el equilibrio, un suspiro, dejándose caer
Como una pluma que arremolinaba sus ropas,
Sedas o peludo abrazo en sus pechos
Que cobijaban al hada de la desolación.
Caer, jugar a caer tan suave al nido olvidado
De un ave rapaz, aves que ya cazaban,
Hacían espirales en el aire, rulos en mi pelo,
Jugueteando, ¡Haciéndome girar en torbellinos!.
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El primer poema recitado con los ojos cerrado en el día de La Gran Luna, en el Equinoccio de Otoño del hemisferio sur del 2011...
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