viernes, 31 de mayo de 2013

OSTARA (Redacción 15) / 1º Adelanto de mi Libro

(Adelanto de una Narración de mi Libro)


(…)
OSTARA
(Redacción 15)


El hormigueo en mi sien se expandía con una especie de dolor, como un profundo sueño, pero al mismo tiempo palpitaba una sensación de sentirme más despierta. Hacía frío, mis labios estaban agrietados.  Había caído arrodillada en el manto de hojas caídas, aquel manto otoñal que apretaba con mis manos. Había estado dando todo de mí y ya tarde en la jornada estaba agotada, mucho más agotada de lo habitual. Trataba de respirar con calma. Una bocanada de aire y exhalar, repetir el proceso, otra vez y otra más. Pero mi boca seca añoraba probar líquido, la sequedad me distraía, el ardor en mi frente, las sensaciones primarias envolvían todo. Me preguntaba si llegaba a llamar por ayuda, si alguien acudiría.

Empecé a sentir dolor, el adormecimiento me envolvía y me acosté en la hojarasca. Sería solo un instante, solo un instante.

Por instinto abrí los ojos, el ruido que me había entrenado a percibir se hacía presente. Aquel pequeño animalito con pelaje blanco, castaño y negro que con agilidad y quietud se camuflaba perfectamente en la profundidad del bosque y que su existencia escurridiza me había llegado a desesperar se acercaba. Ahora parecía una bella criatura, mezcla de pequeña felina, grácil y con una cola larga y peluda como la de una ardilla, sus orejas algo más largas terminaba en graciosas puntas con una mezcla de conejo y lince.

 Caminaba despacio ya  muy cerca de mí, hasta que  con su nariz húmeda y pequeña tocó mi rostro, su pelaje increíblemente suave y cálido y  sus ojos que me miraban tan grandes, curiosos, oscuros directamente a mis ojos, hacían que sintiera que era más un encuentro irreal a una vivencia. Reía para mis adentros, criatura tan escurridiza, ¿podría ser que realmente la veía?, quizás se había  encariñada conmigo, cuando tanto tiempo estuve tratando de darle alcance e imaginé su lengua rozando mis dedos al darle de comer uno de los tantos trocitos de comida que le llevaba y dejaba.

Hablé con la mirada, con la ironía del limbo del sueño - Juguemos a cambiar de roles, como poder decirte que fueras por ayuda- . Pero cada vez tenía más frío, siquiera si pudiera tocar tu suave pelaje. Y ella como si hubiera escuchado mis pensamientos, empezó a caminar por encima de mi, se dio unas vueltas y se hizo un ovillo tratando de estar lo más pegada a mi cuerpo, enroscándose finalmente bajo mis pechos y abrazando mi estomago, donde terminé con mis últimas fuerzas abrazándola también en ovillo alrededor de su calor hasta perder el conocimiento mientras las hojas que de vez en vez seguían cayendo, dedos volátiles que me empezaron a cubrir poco a poco.



Bjarni penetraba a los linderos del bosque montado en su negro caballo, corcel demoniaco que bufaba como señal de supremacía ante todo ser que pudiera querer acercarse. Bjarni pensó en marcharse por última vez, se detuvo un instante antes de seguir avanzando por el bosque crujiente, una vez que lo atravesara ya no podría dudar más el camino que seguiría. Y el caballo relinchando en la profundidad de la noche con un vaho espectral siguió luego de la pausa con el siguiente paso al sentir  el leve movimiento de asentimiento que su amo realizó en su lomo como una caricia casi imperceptible.

Él avanzaba con su prestancia altiva, miraba algo desgarbado, en plena noche sintió un olor que le llamó la atención, para él una bestia nocturna que se había adaptado a la vida civilizada, o al menos, un rango de ella, llevando su bella espada con extraordinarias inscripciones en su forja, no había perdido para nada las mañas de una bestia, ni sus cualidades.

Bajó del caballo, este se quejó y reclamó por tal acción, este también había detectado la cercanía de tal presencia, atrayente y frágil.

Caminó sin hacer siquiera  crujir las hojas, se agachó en el punto de un bulto extraño, del cual emanaba un gruñido ascendente.

De allí salió una pequeña criatura, como ardilla y pequeño felino de tonos blanco, marrones otoñales y negro. Al acercar su mano, la criatura se crispó y le mordió un dedo.

-          Yo que tú, no haría eso-  La herida en el alto rubio se curó con gran facilidad, pero  la sangre que no se desvaneció cayó al deslizarse.

-          Harás que me dé hambre -  La criatura seguía chillando amenazante, parada sobre el cuerpo ovillado, de Ostara, semi oculto entre las hojas crujientes.

lunes, 27 de mayo de 2013

¿Cuáles son sus versos Favoritos?...






En honor a quien nos han conmovidos…




¿Cuáles son sus versos Favoritos?...

Sea una estrofa particular o un poema completo…  





Comenzaré yo en este día lluvioso aquí entre cordillera y mar…



“A veces me parece que mi sangre, a raudales,

Se escapa con los rítmicos sollozos de una fuente.

La oigo muy bien correr con su lento murmullo,

Pero en vano me palpo para encontrar la herida”


(…)

De “La Fuente de Sangre” de Charles Baudelaire

jueves, 23 de mayo de 2013

TRAZADOS DE TINTA Y PLUMA

"La imagen visual de mi pluma de metal, con la cual delineo muchas de mis ilustraciones, mis marcadores en su fondo rojo texturado donde se desliza la tinta… Si, alguna vez quise mostrar tal cual es mi extraña compañera de trazado… Y aquí dejo estás imágenes en diferentes ángulos y con una de mis primeras ilustraciones en tinta de hace años…"


 





miércoles, 15 de mayo de 2013

DANZA POETICA/ROSA ESCARLATA




DANZA POETICA

ROSA ESCARLATA

(…)
He aquí, que aquel día
Crepúsculos plateados aletearon
Antes del despertar de estelas nubilosas,
Cuando la niña, hija del  ocaso,
Se alzó de su lecho,
Tapada entre sabanas que acogían su cuerpo lánguido
Cada noche como a una estrella titilante,
Se alzó para acicalarse como un felino
Y salir a caminar descalza sobre un prado de rocío bañado.

Buscó de su sueño la visión
Donde en la oscuridad de la Noche
Una rosa renacía,
Réquiem de pétalos y gemidos,
Suplicios metálicos
De la exquisita lágrima, intensa y preciosa.

Entonces recordó
El  grito que aulló en un suspiro devorado
La sangre que aquella flor daba vida
Deliciosos tonos carmín
Heridas de placar iluminadas cuan diamantes,
Estrellas burbujeando el alma,
Heridas de plata, de Luna enceguecida.

El viento revolvió sus cabellos,
La sombra intensa de la rosa que pedía renacer
Palpitaba en su sangre y el llanto del fénix
Resonando en sus venas.

JESS_ANGELROJO

… 

Y fue entonces, cuando la Luna
Aun no salpicaba sus luces
Al hocico inmenso que es la noche,
Que cabizbajo y sombrío el nocturno
Caballero apuraba sus pasos, vestido
En fierro y metálicos sonidos y roces.

Se escuchó en la floresta
Los cantares de una doncella
Que al ocultarse el sol, elevaba
Su voz salpicándose agua en un río,
Mientras se bañaba desnuda, dejando
Sus ropajes sobre una inmensa piedra...

He aquí, cuando el sol lanzaba
Sus últimas luces, que el caballero
Desprendido ya de su pesada armadura,
Vestido solo con su piel y sus músculos,
Acercándose a la desnuda doncella,
La miró fijamente y posando sus ojos en ella...

♠ARTHUR_EL_GRIS♠
♠AGUA_ETERNA♠

...

"Porque desnudos todos estamos al alma
Con la leche que la luna derrama a vuestros labios
La rosa sangrante en sus corazones habita."


JESS_ANGELROJO

...

Derramando en los altares de sangre,
La Sangre Bendita, que bombeando
A través de las venas y arterias,
Aquellos torrentes que nunca olvidan,
Que se inflan del éxtasis primitivo,
Del instinto mas pagano, cuando
Un alma ha encontrado un alma,
En cuya inocencia puede verter,
A caudales, como sueltan los mares
Sus olas en la orilla, una sonrisa
Que encuentra en otra sonrisa,
La combinación precisa de ansiedad,
Locura y desesperante armonía...


♠ARTHUR_EL_GRIS♠
♠HAMBRIENTO_DE_SANGRE♠